domingo, 7 de julio de 2013

El acuerdo

El "acuerdo" al que se llegó es un poco complicado de entender desde fuera. Habiéndolo vivido yo desde dentro no lo tengo todavía claro, porque dio lugar a muchas disputas entre hermanos (mi padre y mis tías) y he escuchado diferentes versiones. Yo voy a contar la conclusión a la que he llegado.

Mis padres se quedaron con el restaurante y nos fuimos a vivir allí, ya que tenía una vivienda justo encima donde habían vivido mis tíos (creo) mientras llevaban ellos el restaurante. Mis tíos se fueron a vivir al piso que mis padres ya habían comprado mientras buscaban algo.

Así estuvimos, creo que casi un año, no llegó me parece. Luego el acuerdo fue más allá y se "acordó" lo siguiente:

Mi padre había trabajado en Mercagranada con mi abuelo y un socio durante varios años y se presuponía que mi padre se iba a quedar con la parte de mi abuelo cuando este se jubilara.
Ahora, como mi padre estaba con el restaurante, mi tío se quedaría con el puesto de mi abuelo, una nave y nuestro piso. A cambio mi padre recibiría el cortijo, la que hoy es mi casa, y mi abuelo le ayudó, si no tengo mal entendido, a pagar algunas letras del restaurante.
Por su parte, mi otra tía, que no tenía nada que ver en esta discusión entre hermanos, recibió de mis abuelos un piso en Granada capital y otro en Güéjar Sierra.

Según mi padre, él nunca le dio su piso a mi tía, si no que "se lo prestó mientras se buscaban algo y sacaban un poco la cabeza".

Años más tarde hubo un cruce de denuncias entre hermanos para decidir de quién era el piso, pero eso será más adelante.

En la próxima entrada os contaré cómo vivimos mi madre y yo mientras estuvimos en el restaurante: La palabra clave será el alcohol.

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