viernes, 8 de febrero de 2013

Una trágica pérdida

No sabría adónde poner el principio de mi historia pero si hubo un detonante supongo que sería este.

Mi padre es el mayor de cuatro hermanos, dos chicos y dos chicas, mis dos tías por parte de padre. El otro chico, mi tío, murió cuando mi padre tenía alrededor de 4 años, y siendo mi padre el mayor de los cuatro, imaginad la edad que podría tener mi tío.

Fue un accidente, en un paso de peatones del centro de Granada lo atropelló un camión, prácticamente a mi abuelo se lo arrancaron de la mano.

No murió en el acto, le habían pillado solo una pierna si no me han contado mal, pero yendo corriendo con él en brazos para llevarlo al hospital ocurrió lo indeseable.

No me quiero imaginar el shock que debió suponer para toda la familia.

Mi abuelo, que también era camionero y es una persona excepcional, perdonó, sin más, al conductor.

Mi abuela cayó en el vicio del alcohol y así ha estado durante unos 40 años. Ahora ya no.

Alguna vez mi abuelo me ha dicho que él cree que ya bebía de antes, a escondidas y a solas en la casa, porque la veían muy mareada cuando estaban en el pueblo y que incluso a veces llamaban al médico para ver qué era y éste les decía que la acostaran y se le pasaría. Siendo o no siendo así, esto se lo agravó.

Habrá quién diga que mi padre es alcohólico por méritos propios, yo también lo pienso. Porque ahí están mis dos tías, que han vivido en la misma casa y bajo las mismas circunstancias y nunca han tenido problemas con esto, pero también pienso que esto le dio un empujoncito. En cualquier caso, no le hizo ningún bien.

A partir de ahí pues bueno, lo que me han contado hasta antes de que yo naciera, mayormente mi abuelo, y lo que yo he vivido directamente y contaré más adelante, pero os podéis imaginar cómo vivieron mi padre y mis tías cuando mi abuelo tenía que salir con el camión y se quedaban solos con ella.

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